Fuente: Página 12
SOCIEDAD
05 de abril de 2020
Por Pablo Esteban
“La cuarentena va a
cambiar de fase”
El infectólogo señala "vamos a aprender a convivir con
el coronavirus". La situación actual en Argentina: asilamiento, tests y
pico del brote. ¿Cómo sobrevivir ante tanta paranoia y desinformación?
“Le pido a la gente
que se imagine cómo habría sido la situación si hubiéramos tenido que enfrentar
esta crisis sin un Ministerio de Salud”, dice Pedro Cahn, uno de los referentes
principales del equipo de especialistas que trabaja junto a Alberto Fernández.
Ha construido su trayectoria en base al estudio del VIH/Sida, un campo del que
fue pionero en la medicina argentina, allá por los 80. En esta oportunidad, el
director científico de la Fundación Huésped admite que nunca enfrentó “una
situación tan intensa” en su carrera profesional y que, aunque la letalidad del
virus se aplaque en el futuro, habrá que acostumbrarse a convivir con él.
--Usted es uno de los asesores del gobierno en la pandemia,
¿cómo evalúa el desempeño?
--Es difícil ser objetivo. Soy asesor del Ministerio de
Salud, por eso, si en algo se equivoca tendré una cuota de responsabilidad. Lo
que puedo decir es que estamos trabajando con una honestidad intelectual
absoluta y si en algo pifiamos será porque se nos escapó algún detalle. La
pandemia es dinámica, de modo que aquellas cosas que te conteste hoy puede que
contradigan lo que diga en el futuro cercano. A diario se produce una catarata
de acontecimientos y publicaciones científicas que difunden investigaciones que
se realizan en muchas partes del mundo. Para que la gente sepa: hay grandes
revistas en el campo de la medicina que funcionan como fuente de consulta
habitual. New England Journal of Medicine, British Medical Journal y The
Lancet, por ejemplo, han permitido el acceso irrestricto a todos los trabajos
relacionados a coronavirus. Una decisión correcta porque habitualmente se
necesita estar suscripto y pagar unos buenos dólares.
--Para asesorar al presidente revisan lo último que se ha
publicado y aprenden de la experiencia de otros países. ¿Argentina debe copiar
estrategias o trazar la propia?
--Tratamos de trazar nuestra propia ruta, a partir de las
enseñanzas que nos dejan otras naciones que ya experimentaron el pico de la
pandemia. Analizamos todo, tanto lo bueno como lo malo. No te olvides que este
grupo de asesores se constituyó en el país cuando no había un solo caso de
infección por covid-19. Recordarás al señor que se internó en una clínica
privada y pidió sushi. Bueno, antes de que eso ocurra nosotros ya estábamos
metidos en la cuestión, compenetrados para reunir información y ver qué
acciones se debían tomar. Argentina declaró la cuarentena cuando había muy
pocos infectados; por eso, si uno mira la foto y la medida se descontextualiza,
dice “Che, se nos fue la mano”. No obstante, nosotros no miramos la foto sino
la película; una película que se llama Italia, España, EE.UU. y también Brasil.
A la luz de estos ejemplos, la respuesta es clara: “Qué bien que hicimos al
adelantarnos con las políticas de prevención”. El tema fundamental es tener
preparado al sistema de salud; contar con los respiradores necesarios, disponer
del suficiente número de camas en terapia intensiva y de internación general,
tener alojamiento necesario para las personas que deben distanciarse de su
hogar pese a que no necesiten estar internadas.
--Como las camas no son suficientes se han preparado diversos
sitios para la ocasión.
--Hoteles, clubes de fútbol, universidades, galpones. Es muy
probable que se necesiten esos lugares para personas que, una vez que se
diagnostiquen y den positivo, deban salir de sus casas para no contagiar al
resto de sus familiares. En Italia, uno de los principales factores que
multiplicaron el crecimiento de los casos fue el hecho de compartir la
vivienda.
--Por eso lo fundamental del aislamiento. Una medida
antipática y presa de una falsa dicotomía: cuidar la economía vs. cuidar la
salud…
--Mirá, para esto siempre me remito a las palabras de Alberto
Fernández. En una reunión nos dijo: “De un PBI malo se vuelve, de la muerte
no”. Uno de los trabajos científicos que revisamos en estos días aborda la
pandemia de gripe de EE.UU. en 1918. Los autores comparan los resultados entre
una ciudad que detectó sus primeros casos el 5de octubre y dos días más tarde
decretó la cuarentena respecto de otra que, en lugar de implantarla el 7, lo
hizo el 13. El impacto económico en la segunda fue muchísimo peor que en la
primera. De este modo, uno podría decir que, incluso desde el punto de vista
económico, es mejor un aislamiento temprano que uno tardío. EE.UU. lo decreta
con mil muertos diarios y Brasil, pese a que Bolsonaro se resista, terminará
por sancionarla.
--El viernes, muchos jubilados realizaron filas interminables
para cobrar en sus bancos. ¿Cómo evalúa esta situación? ¿Cómo impactará en la
curva de contagios?
--Eso no lo podemos saber hoy. Las epidemias no responden a
situaciones aisladas y debemos ser prudentes al analizar el potencial impacto,
que se verá recién en los próximos diezdías. Es muy importante que se busquen
los mecanismos para evitar situaciones como esa, y planificar muy bien de qué
manera vamos a avanzar en la siguiente etapa de la cuarentena.
--¿Qué hay de los tess? El gobierno encargó la compra de 52
mil y ya existen conversaciones para adquirir medio millón.
--La cantidad de testeos irá aumentando en estos días por dos
razones. Primero, porque se modificó la definición de caso y, segundo, porque
la disponibilidad de reactivos es mucho mayor; el próximo embarque que se pidió
es de 500 mil tests. Cuando comenzó la epidemia los únicos que se contemplaban
como pacientes eran aquellos que venían del exterior, es decir, de los cuatro países
de Asia involucrados, EE.UU. y Europa. Más tarde, se agregaron Brasil y Chile a
esa lista. Solo accedían al diagnóstico las personas sintomáticas (fiebre +
tos) y que tuvieran ese nexo epidemiológico. Luego habilitamos a personas que
habían estado en contacto cercano con ellas; a las que estaban en terapia
intensiva con respirador; y después a las que tenían cuadros de neumonías
graves. Ahora, por ejemplo, nos encontramos en una situación en la que
cualquier individuo con síntomas, que sea miembro de algún equipo de salud, o
bien, que haya estado en áreas geográficas con mayor circulación local (AMBA,
Chaco, Córdoba o Santa Fe) será testeado.
--En este marco, ¿cómo es posible evitar la paranoia?
--Pienso que está bien que la gente tenga un poco de temor
porque de lo contrario no se quedaría en sus casas. En cambio, el pánico no
está bueno porque impide razonar. Si uno se enfrenta a siete canales de
noticias que 24x7 te presentan el tema del coronavirus y te muestran videos e
imágenes con féretros, con música tétrica de fondo; lo más natural es que todos
se preocupen muchísimo. ¿Cómo hacen las personas para distanciarse y creer que
eso que están viendo en televisión nos les pasará a ellas? La mayoría de los
fallecidos tienen una edad avanzada y/o presentan morbilidades diversas como
diabetes, enfermedades pulmonares y cardiovasculares crónicas. Podemos decirlo
en una frase: se infectan más los jóvenes, se mueren más los viejos. Es muy
difícil que la población entienda, sobre todo, cuando recibe mensajes tan
contradictorios.
--Sobre el uso de barbijos y guantes hay mucha
desinformación.
--No solo es responsabilidad de los medios. De hecho, hay
gobernadores que ordenaron a sus provincias el uso de barbijos. Circunstancias
puntuales, funcionarios que decidieron dejar de consultar al Ministerio de
Salud y cortarse solos. No es un capricho mío: el barbijo es obligatorio para
las personas que tienen síntomas, así como también es imprescindible para los
trabajadores de la salud que deben atender a menos de un metro y medio de
distancia a sus pacientes. Ahora bien, para aquella gente que debe realizar
cualquier otro tipo de actividad no tiene ningún sentido. Se humedecen al poco
tiempo y en un par de horas dejan de ser efectivos. Por otra parte, cuando las
personas tienen barbijos o guantes se despreocupan, se lavan menos, se olvidan
que no deben tocarse la cara. Cuando voy a comprar a la vuelta de mi casa veo a
muchos que los llevan colgados del cuello, otros se cubren la boca pero no la
nariz. No es fácil ni necesario andar con estas protecciones todo el día.
Cuando venga el gran crecimiento de la epidemia --porque va a venir-- los
médicos no van a tener insumos para ponerse.
--Los epidemiólogos proyectan escenarios. ¿Cuánto más se
prolongará la cuarentena?
--Esta pregunta te la contestaré a título personal: la
cuarentena no se va a levantar nunca. En una fecha determinada --hasta ahora
nadie puede garantizar que sea o no el 12 de abril-- ingresaremos en otra fase
diferente, muy distinta al período anterior. Si alguien se imagina que al día
siguiente jugará al fútbol con público; que se abrirán los teatros y los cines;
que podrá celebrar el cumpleaños de 15 de la nena; siento decirle que está muy
equivocado. No ocurrirá en el corto plazo; más adelante, por supuesto que todo
se restituirá por sus carriles normales. Las grandes concentraciones de gente
quedarán postergadas por un buen tiempo. Los menores de 60 años podrán volver a
trabajar pero los mayores deberán guardarse un rato más. El dilema es: ¿cómo
hacemos esta apertura gradual de una manera que no tiremos por la borda el
esfuerzo enorme que hizo la sociedad al permanecer en sus hogares?
--¿Cómo hacemos? Los transportes públicos son un problema.
--Si vamos a meter a 500 personas en un vagón de subte o tren
para ir a sus trabajos estaremos complicados de nuevo. Habrá que tomar todas
las precauciones y distribuir los horarios para que no se generen
aglomeraciones en horarios pico. Habrá que ser creativos. El Ministerio de
Transporte tendrá la responsabilidad de disponer de estas medidas, pero no solo
recaerá en esta cartera ni otras. Sobre todo dependerá de nosotros. En vez de
asistir a clases deportivas en grupos, tal vez por un tiempo, tendremos que
hacerlo solos. Los comercios de barrio que ahora permanecen cerrados, quizás
reabran sus puertas, pero ello no significa que los clientes ingresemos en
manada. Entraremos de a uno si el local es chico y de a dos si es un poco más
grande. Respetar durante un lapso considerable las distancias recomendadas, así
como también incorporar las buenas costumbres. Si tosemos o estornudamos que
sea sobre el pliegue del codo, ventilar los ambientes, tener las manos siempre
limpias y dejar de lado esa práctica de tocarnos la cara todo el tiempo. Esto
tiene que quedar muy claro porque el coronavirus llegó para quedarse.
--¿Qué quiere decir con eso?
--Que la situación catastrófica de pandemia que atravesamos
--contando muertos de a miles-- se terminará en algún momento, pero el
coronavirus seguirá en la comunidad de la misma manera que está H1N1, el virus
que produjo la gripe en 2009 y hoy se previene con la vacuna antigripal que nos
podemos aplicar. Tendremos casos aislados de coronavirus en el futuro.
--Hay uno de los tratamientos para covid-19 que emplea drogas
habituales en HIV. Usted es experto en el estudio de este virus, ¿qué cree al
respecto?
--Es lopinavir/ritonavir, una droga que durante mucho tiempo
fue esencial en los tratamientos para HIV y luego fue superada por fármacos
similares que tienen una posología más cómoda. En apariencia, tendría actividad
sobre coronavirus. Fue comprobada en estudios in vitro y actualmente se
administra a pacientes internados con neumonías para chequear su eficacia. El
estudio Solidarity de la OMS, del cual participará Argentina, comparará cuatro
líneas de tratamiento para acumular evidencia científica para saber cuál es el
más acorde para covid-19. Lopinavir/ritonavir es una de ellas y está en
evaluación.
--¿El coronavirus es el desafío más grande de su carrera
profesional?
--Admitiré que nunca traté una situación tan intensa, mucho
en tan poco tiempo. Desde 1982 a 1996 --desde que llegaron los primeros casos
con HIV al país hasta que aparecieron los tratamientos efectivos-- fueron años
muy dramáticos: veíamos periódicamente a los pacientes, se nos deterioraban
ante nuestros ojos y nos desesperaba no poder hacer mucho. Hoy tenemos una
enfermedad que, afortunadamente, es fácilmente controlable a condición de que
las personas se diagnostiquen y traten a tiempo. El coronavirus, en cambio,
provocó una situación acelerada. Los primeros casos fueron detectados el 27 de
diciembre de 2019 por un médico chino que después falleció producto del virus;
el 31 de diciembre le comunicaron a la OMS acerca del brote de una neumonía
rara; el 7 de enero los científicos chinos identifican el genoma; el 10 se lo
entregan a la OMS y ello permitió realizar los tests que hoy practica el
Malbrán y otras instituciones. Todo se produce extremadamente rápido, pasaron
apenas tres meses y parecen años.
--Si hay que aprender a convivir con los virus, más vale que
los Estados comiencen a invertir dinero en salud…
--Le pido a la gente que se imagine cómo habría sido la
situación si hubiéramos tenido que enfrentar esta crisis sin un Ministerio de
Salud. ¡Sin un Ministerio de Ciencia y Tecnología! Una pieza clave que agrupa a
nuestros científicos y tecnólogos, expertos que están haciendo mucho para
encontrarle la vuelta lo más pronto posible. Compromiso y memoria, eso
necesitamos.
poesteban@gmail.com
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